De la frustración
Lo habrán dado en Didáctica General, todo indica que va a ser tan embolante y poco útil como los otros, pero no importa. No puedo evitar acercarme a todo texto, cualquiera que sea, con esta vieja reflexión, casi un dicho, que dice que hasta un reloj detenido tiene razón dos veces al día.
Y algunas cosas de los primeros párrafos prometen, el análisis del "síndrome del salvador" (según el cual toda propuesta metodológica más o menos coherente es saludada por una horda de imbéciles como una salvación definitiva para nuestras vidas docentes para después ser ofrecida a su desgaste contra la realidad de las aulas y, finalmente, demonizada como responsable de todos nuestros males) es atractivo. Incluso pega una muy buena frase al cierre, que resume todo eso y lo generaliza de forma bastante sugerente, de esas que uno pondría de subnick en el messenger o que podría bien robarse para la columna de la derecha (lo que hay ahora es de Salinger, por cierto):
Es tedioso ver cómo se acoge al salvador del momento con esperanza y ansiedad, luego se lo ataca y finalmente se lo trivializa.
Después, claro, empieza la decadencia y el barro, los ejemplos artificiales repletos de esas propuestas que sobreestiman demasiado al alumno medio, con diálogos entre supuestos niños de diez años que fallarían con los de dieciocho, la atención decae, y para dar el golpe de gracia al dolor de cabeza se le suma la reunión familiar que empieza en el momento oportuno para dejar a Mr. Perkins para peor momento.