miércoles, 30 de enero de 2008

Vertiendo mis fuerzas en el viento
Desarrollo de una nota marginal en mi copia del Didascalicón

Ya sé que toda esa multitud de personas que no pueden vivir sin un post de este blog, todas aquellas que me pagan el crédito con el que el siglo que viene voy a comprarme un último piso en un edificio antiguo con una de esas torrecitas en donde desde la adolescencia soñé poner mi escritorio y dedicarme a escribir ficción (si los descubrimientos médicos me lo permiten y no muero de algún tifus mutante antes) se estarán preguntando en dónde me he metido. También es posible que los seres con algo de cordura, quienes quiero sospechar que son mayoría, se pregunten qué cuernos tenía en la cabeza cuando subí la última foto movida de un ejercicio de escritura automática trasnochado a fibra indeleble sobre un dvd malogrado por el maldito Nero (sobre el que si no me gana la vagancia escribiré una invectiva alguna vez), con apenas el mínimo indispensable de seso para confiar el texto, que no podía ser peor, a la mala calidad de imagen y a mi caligrafía revuelta, en vez de transcribirlo.

Baste por el momento saber que hoy me topé con esta frase en el Didascalicon de Hugo de San Victor, que me empeño tercamente en leer completo, y me consiguió arrancar una sonrisa de identificación resignada:

He who works along without discretion works, it is true, but he does not make any progress, and just as if he were beating the air, he pours out his strength upon wind

Son casi las dos, todavía me quedan quince páginas para liquidar el texto del que salió esa cita y no puedo darme el lujo de dejarlo para mañana. Baste este tributo a un blog algo dejado.

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