Modernizaciones
A los ocho años recuerdo haber escuchado hablar, uno de aquellos fines de semana en los que acompañé a mi viejo al trabajo (él era kinesiólogo y laburaba en un geriátrico de gente adinerada, por lo cual la cosa consistía en ser malcriada por el personal y eventualmente hacer mirar Nubeluz a un par de viejos hasta el mediodía), de cierto familiar de un interno que tenía algo que sonaba por la descripción a minitelevisor portátil. Nunca pude saber qué era el dichoso aparato, pese a que con el tiempo pude ir identificando la mayor parte de los artefactos medio extraterrestres que vi o que pude escuchar descritos ahí (la reproductora de dvds, por ejemplo, no mucho más tarde, que por entonces usaba discos más grandes). A mí, que no hacía falta demasiado para inflarme los sesos, y que era bastante adicta a la pantalla, se me antojó la solución perfecta para el aburrimiento escolar, y para no perderse los programas de media tarde, que era el horario en que iba a la escuela. Pena que sonaba a demasiado para ser verdad. Aparte, ¿en dónde lo iba a enchufar? Porque no podía esperar que una cosa así funcionara a pilas, no.
El viernes completé la compra del aparatejo de la foto, y me acordé muchísimo de ese episodio. Con esto más o menos se completa la modernización de los instrumentos de tecnología noventosa que tuve en uso hasta el corriente año (mi computadora anterior fue una 386, mi sonido portátil un walkman a cassette, por nombrar ejemplos), así que ya estamos, me terminé de vender a la tecnología. O algo parecido.
Una de las ventajas que hay que reconocerle al aparatito en cuestión (aparte de los videos, claro, y de tener una grabadora a mano cuando más se la necesita) es que se hace obviamente más cómodo de tener encima mientras uno hace otra cosa, por ejemplo, lavar los platos, que un walkman. Y si tenemos en cuenta que todavía me toca vivir en la casa familiar, y que la música es siempre tema de conflicto, es de imaginarse que esto mejora bastante mi (iba a decir calidad de vida pero queda mejor esta palabra) humor.
Y entonces el pequeño detalle, la música respetablemente fuerte y la sensación de que algo raro pasa, de que algo falta. El ruido de mis manos. Puedo vivir con eso, o sin eso, que sería más adecuado en este caso, pero he ahí toda la diferencia. Y en cierta medida es una de esas diferencias realmente inmensas que no parecen notarse, como las calles empinadas en las ciudades que tienen relieve verdadero.
El viernes completé la compra del aparatejo de la foto, y me acordé muchísimo de ese episodio. Con esto más o menos se completa la modernización de los instrumentos de tecnología noventosa que tuve en uso hasta el corriente año (mi computadora anterior fue una 386, mi sonido portátil un walkman a cassette, por nombrar ejemplos), así que ya estamos, me terminé de vender a la tecnología. O algo parecido.
Una de las ventajas que hay que reconocerle al aparatito en cuestión (aparte de los videos, claro, y de tener una grabadora a mano cuando más se la necesita) es que se hace obviamente más cómodo de tener encima mientras uno hace otra cosa, por ejemplo, lavar los platos, que un walkman. Y si tenemos en cuenta que todavía me toca vivir en la casa familiar, y que la música es siempre tema de conflicto, es de imaginarse que esto mejora bastante mi (iba a decir calidad de vida pero queda mejor esta palabra) humor.
Y entonces el pequeño detalle, la música respetablemente fuerte y la sensación de que algo raro pasa, de que algo falta. El ruido de mis manos. Puedo vivir con eso, o sin eso, que sería más adecuado en este caso, pero he ahí toda la diferencia. Y en cierta medida es una de esas diferencias realmente inmensas que no parecen notarse, como las calles empinadas en las ciudades que tienen relieve verdadero.
1 comentario:
Interesante Atenea! Cada vez mas modernosos..Es notable ver como va cambiando la tecnologia.. y como nosotros tenemos que adecuarnos a ella . (Digo, por si queremos comprarnos un "disco" de los viejos no tenemos discos, aunque tengamos el aparato..) Bueno, no se si se entiende mucho..
Imaginate si por Ej. Mozart viviera y en su momento le decimos : Pibe, primero vas a dar conciertos en vivo. Despues va a salir un gramofono a manija con discos de pasta para escucharte. Despues saldran gramofonos sin cuerda. Despues tocadiscos con discos de pasta. Luego tocadiscos comunes. Despues Casettes a cintas. Luego Casettes portatiles, walkman, minicomponentes, CD`s., DVD´s , MP3, Musica por internet, etc.. Sin duda me mandaria a un manicomio...saludos
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