lunes, 24 de diciembre de 2007

Delirios festivos de VH1

El sábado estuve haciendo algo que hace un buen tiempo que no tenía tiempo de hacer: me quedé en la sobremesa (en mi casa, eso es alrededor de las tres de la tarde) mirando televisión con mi hermana. Dejarle el control remoto a ella siempre depara experiencias más extrañas que las que resultan cuando termina en mis manos, y este post es un claro ejemplo de ello. Terminamos viendo un especial de videos musicales navideños en VH1. La predilección de ese canal por mezclar lo más digno de la máquina de hacer chorizos con música con los momentos más kitsch y los más extravagantes (la palabra portuguesa "exquisitos" sería más apropiada) para los que se haya gastado celuloide es algo ya conocido. Y era obvio que en un ranking navideño tenía que haber más de los segundos que de lo primero: sólo se puede empezar a pensar en componer un tema navideño a la segunda botella de sidra, o al primer cheque gordo.

Los posibles resultados de una borrachera navideña con instrumentos a mano entonces son ampliamente predecibles: o es el hitazo sensiblón hecho para venderles simples a los yanquis, o el equivalente discográfico al tío que hace el ridículo en las reuniones, o es el resultado de un pedo triste. No voy a narrar la predecible colección de rarezas con la que nos hemos reído fraternalmente anteayer. Ya otro célebre bloguero armó una compilación en audio que sirve para resumir lo que aquí comento. Lo que va acá es el botón de muestra, dos momentos particularmente extraños de la sesión tevé-sobremesa.

El primero de ellos corresponde a gente respetable cumpliendo con un contrato firmado con una alta graduación etílica en la sangre:



No termino de saber si calificarlo de tierno, de triste o de simplemente exquisito (en portugués, se vuelve a entender). Queda a consideración del espectador.

El segundo es francamente impresentable. Con un poco de suerte y de edad a favor reconocen al personaje. En todo caso, reparen en los esfuerzos mal disimulados del coro de niños del final para no reírse, porque son sencillamente espectaculares:

Ah, las fiestas. Un abrazo con sidra para todos.

2 comentarios:

Claude dijo...

jaja por dios! esos videos !

Anónimo dijo...

No podés!