domingo, 26 de octubre de 2008

Laberintos

En una de las posibles vueltas encontradas para atribuir la autoría de la primera versión del Amadís de Gaula hay una que se pierde entre los matorrales de esta cantiga de refram, que  tal vez pertenezca a Johan Lobeira. Tuvo la mala suerte de que su versión gallego-portuguesa se conserve nada más en el cancionero Colocci-Brancuti (BN de Lisboa, ahora), lo que significa copistas italianos, tardíos, varios y con mejor voluntad que criterio. 
La cancioncita tiene bastante gracia, y aún más en la pequeña vuelta de tuerca que tiene su inclusión (en traducción castellana, con una estrofa de más y otra de menos) en la narración como se conserva actualmente: ahí Leonoreta es una nena chiquita, y el trovador es el mismo Amadís, que compone estos versos un tanto en broma y un tanto como mensaje cifrado para su verdadera amada, la hermana mayor, Oriana.

Senhor genta,
mi tormenta
voss' amor em guisa tal,
que tormenta
que eu senta
outra non m' é ben nen mal,
mays la vossa m' é mortal!
Leonoreta,
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coita voss' amor!

Das que vejo
non desejo
outra senhor se vós non,
e desejo
tan sobejo
mataria hũu leom,
senhor do meu coraçon!
Leonoreta,
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coita voss' amor!

Mha ventura
en loucura
que meteu de vos amar.
É loucura
que me dura
que me non posso én quitar.
Ay fremusura sem par!
Leonoreta,
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coita voss' amor!


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