miércoles, 14 de enero de 2009

Luego de una cara excursión en búsqueda de más chupasangres annericeanos

Nunca dejaré de sorprenderme del grado de estupidez de los lemas que la librería Kel pone en sus señaladores y almanaques.

Aunque hay que decir que el almanaque de este año, de composición de colores horrenda, con sus miniaturas de tapas de los peores libros en venta en esa benemérita cadena de libros importados (¡poné un Potter y un diccionario Oxford, por lo menos!), imagen de la Virgen y el Niño en lugar destacado mediante (me parece que tapa de algo, también, nunca lo sabré), superó ampliamente sus habituales triangulitos de escritorio, que al menos con sus azules oscuros y letras colorinches solían tener buen lejos.


(Iba a postear una foto pero me dio fiaca)

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