sábado, 29 de septiembre de 2007

Yu-Gi-Oh


No sé la cantidad de veces que mi primito habrá tratado de enseñarme a jugar con cartas como las de la foto. Después probó con las de Pokémon, que son algo más entendibles. Al final, el resultado termina siendo siempre el mismo: termino dándome por vencida, tener una regla y cuatro variables por carta, y para más un mazo de unos cien naipes, todos distintos, es demasiado para mi pobre capacidad de retención inmediata, que gracias que llega a hacer los cálculos necesarios en un buen partido de canasta.
Quitando eso, la estética de estas cartas (no así las de Pokémon, que son decididamente feas) siempre me resultó atractiva, con sus monstruos elaboradísimos y sus reflejos holográficos. Fue por eso que cuando vi cinco ejemplares de estas cartitas regados por Pedro Goyena, pensé que harían buenos señaladores y me dispuse a levantarlos.
Entonces miré los significados.
No pude dejar de notar la magic card que puse del derecho en la foto, ese llamado de emergencia que tan pero tan bien parecía encajar con el que fue, en todo lo demás, mi peor día en mucho, pero mucho tiempo.

1 comentario:

Pol Marías dijo...

Hola, Guadalupe. Me han traído las mareas desde el boliche del Rufián Melancólico. Creí que encontraría eternas disquiciones acerca de sociología y teorías literarias, pero me sorprendieron tus anotaciones sobre cartas ¿mágicas? Enhorabuena y hasta la próxima!

P.M.