miércoles, 31 de diciembre de 2008
domingo, 28 de diciembre de 2008
Pseudoreseñas
Cees Nooteboom - El día de todas las almas
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Etiquetas: vengo de leer
viernes, 26 de diciembre de 2008
martes, 23 de diciembre de 2008
áspero hueco áspero viento áspero
paso tacos zapatillas sandalias botas
áspera canción áspera espera áspera
caminata calles que nunca viste
me estaba acostumbrando demasiado
a adivinar tu presencia suave en mi espacio
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Etiquetas: borradores
viernes, 19 de diciembre de 2008
Aire
Hoy, el día después de mi último final presencial, miraba a la mañana (antes de salir a mi último día de trabajo de este año) mi estante de abajo tratando de elegir el primero de los libros que voy a leer en estas breves vacaciones que me voy a tomar hasta enero. La decisión de no tocar nada de bibliografía relacionada con las cuatro monografías que debo y que planeo tratar de escribir este verano (la de Siglo XIX, sobre Dickens, la del seminario de Cerrato sobre Beckett, la del de Vedda del cuatrimestre pasado, sobre Bram Stoker y Anne Rice, y la del de Artal sobre Chrétien de Troyes) limitaba bastante las opciones y a la vez las abría. Las dos semanas de vacaciones significan no tener que sentirme culpable por leer algo porque nada más se me da la regalada gana. No tener que leer con el límite de bueno, una hora más y me pongo con el apunte de Bowra sobre el ideal estoico en Virgilio, por ejemplo. Un poco por azar (había quedado separado del resto, no recuerdo por qué) fue a parar a mi morral el Libro de Apolonio. Tengo buenas chances de terminarlo entre hoy y mañana, para volver a repetir la escena de disponer de los pocos días que tengo para leer bibliografía no inmediatamente necesaria.
Valga este post mediocre a modo de ejercicio para desherrumbrar un poco las manos, demasiado entumecidas de lenguaje académico, antes de retomar de una buena vez la escritura de ficción, como se debe.
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Etiquetas: cotidianas, en un banco con pupitre, ya vendrán posts mejores
miércoles, 17 de diciembre de 2008
rumoresque senum severiorum omnes unius aestimemus assis
Definitivamente debería leer un poco más a Catulo.
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Etiquetas: en un banco con pupitre
sábado, 13 de diciembre de 2008
¿Hace falta excusa?
.
Berimbau - Consolação
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Etiquetas: bajate
Neitherland
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martes, 9 de diciembre de 2008
Meet the Flintstones
El grabadorcito lo compré en 2002, para que un amigo me grabara las clases de Panesi cuando no podía ir. Que era lo normal, yo cursaba el profesorado de portugués en ese horario. Lo usé poquito desde entonces. Creo que, de hecho, tengo todavía alguna vieja clase fósil de Delfina Muschietti por ahí.
Entrar en ese cajón implica, además de una lucha cuerpo a cuerpo con un ejército de ácaros y otras ínfimas alimañas, y de paso reencontrarse con algunos gustos antiguos. Era la época en la que no tener plata para comprar música significaba necesariamente depender de convencer a mi hermana de que quería adquirir (o bajar, el último tiempo, en un momento en el que un download llevaba como una semana) lo que yo tenía ganas de escuchar, o en su defecto conseguir préstamos y grabaciones de amigos. Estrategias que no siempre funcionaban, con lo cual las posibilidades de ampliar la colección musical eran ínfimas, y ni hablar de salirse de lo estrictamente mainstream.
Mientras escucho una selección de temas chica, las 18 horas y pico que ocupan mis canciones favoritas de entre las que tengo en el disco duro (la última vez que abrí la lista general eran unas increíbles 260 horas), vuelvo a preguntarme otra vez por qué no tiro todas esas cintas. Miro. Le saco una foto al cajoncito para el blog. Vuelvo a mirar. Ni siquiera tengo en donde escucharlos, ese walkman anda pésimo, se traba, engancha, patina. Y la cassettera de mi equipo de música murió hace mucho. Queda un pasacassette chico, mono, con un sonido deplorable, que creo que está en el departamento de mi hermana, para dar clases de inglés. Que alguna vez guardé para llevar música a otras partes, pero la verdad que se escucha bastante peor que mi mp3 conectado a los parlantes viejos de mi PC.
Vuelvo a mirar.
Ordenaditos, calladitos, cargados de polvo, menguando lentamente cada vez que algún amigo de mi vieja con pasacassette en el auto se lleva algo.
Cierro el cajón.
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Etiquetas: esqueletos, jpg
domingo, 7 de diciembre de 2008
en alguna de estas veredas
encontrar
ese manojo de llaves
que perdiste anoche en sueños
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Etiquetas: borradores
viernes, 5 de diciembre de 2008
jueves, 4 de diciembre de 2008
Tal vez sean demasiados los escritores mediocres que devienen poetas porque es más sencillo esconder en verso una atroz falta de sentido del humor.
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Etiquetas: nisticomo topensamien
sábado, 29 de noviembre de 2008
Random facts
Facebook puede acostumbrarte peligrosamente a hablar en tercera persona.
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Etiquetas: cotidianas, ya sé que tendría que estar haciendo otra cosa
domingo, 23 de noviembre de 2008
Ver doble
Dos obras de teatro en dos días. Debe ser la primera vez en mi vida que hago eso. No recuerdo siquiera haber ido dos días seguidos al cine jamás. No sé por qué, pero normalmente elijo dejar pasar algún tiempo para digerir espectáculos audiovisuales.
Con los libros no me pasa, si termino de leer algo que realmente me haya hecho mudar de realidad por un buen rato enseguida siento la necesidad imperiosa de pasar a otra cosa, de ser posible lejana a la experiencia estética de la que vengo. Tal vez sea por eso que mi cultura libresca excede ampliamente a la dramática y a la cinematográfica, que rondan lo paupérrimo.
Pero esta semana ya había arreglado para ver 4.48 Psicosis de Sarah Kane el sábado cuando me llegó la noticia de que tenía dos entradas gratis para ir a ver Destino de dos cosas o de tres de Spregelburd el viernes. Y decidí tomarme esas dos pausas en un par de días de mucho trabajo, un poco para no enloquecer y otro mucho porque tenía ganas.
Es tarde y tengo sueño y necesidad de dormir y de levantarme mañana y de corregir montañas y montañas y montañas de trabajos de mis alumnos del colegio y eso hace que no pueda sentarme un buen rato y escribir y escribir y repensar lo visto para volcarlo en este espacio. Seré breve. Tendré que dejar apenas retazos. Hilachas de comentarios. Fragmentos de una entrada más larga condenada a no existir.
Igual, no importa mucho, se ha escrito más que suficiente sobre ambas puestas.
Acerca de Destino de dos cosas o de tres, es una puesta bastante pasable con algunos puntos altos, de una obra más bien irregular.
Pese a lo que puede parecer por las fotos que circulan por ahí, todas ellas arruinadas por un flash maligno, las decisiones de escenografía, vestuario y luces forman una combinación muy armónica, decididamente bonita. Acompaña muy bien el carácter absurdo-naïf del texto, que mezcla elementos claramente tomados de Ionesco (en el manejo del lenguaje) y de Genet (hasta en la sopa) con una resolución un tanto conciliadora. Y me detengo ahí porque no, señores, mejor no contarles cómo termina. Lo que es una macana, la verdad: todo lo que me queda para decir sobre el texto requeriría que me base en el final y vuelva hacia atrás. Suele pasar.
De las actuaciones, un poco desprolijas al comienzo (el texto no ayuda, también es un hueso duro al principio). En palabras de mi amigo Marcelo, que la fue a ver conmigo, durante los primeros diálogos más bien daba la sensación de que tiraban texto. Pero van repuntando sobre la marcha (sobre todo en el caso de Yazmín Schmidt). De los tres, el que se luce es Karamanian, el que hace de Dueño.
Igual, definitivamente me había gustado mucho más Acassusso.
Y me queda decir algo sobre 4.48 Psicosis.
Nunca había visto ni leído nada de Sarah Kane. Ni tenía mucha información sobre ella, más allá de algunos lineamientos estéticos. Creo que hubiese preferido no enterarme en la cola de entrada de que se mató, es el tipo de cosas que después cuesta dejar afuera en una obra como esta. Precisamente sobre una suicida.
Se trata de una obra un tanto complicada. Algo que pasa con Beckett a menudo, la densidad del texto pide a gritos una lectura, la posibilidad de volver sobre una frase a la que en una puesta se hace imposible volver, porque sale corriendo de escena atropellada por una horda de palabras que a veces parecen atacarse entre sí, y otras veces dejan ver sólo por un momento algún que otro puente de sentido que no termina de dar el tiempo para cerrar.
La actuación de Leonor Manso, impresionante.
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Etiquetas: cotidianas, en vivo, vengo de ver, ya sé que tendría que estar haciendo otra cosa
domingo, 16 de noviembre de 2008
Archivo
El más nuevo de estos poemas tiene al menos dos años. El más viejo, no sé, tal vez unos cinco. Ninguno de ellos es muy alegre que digamos.
Dame la mano.
Hace frío y llueve, ¿sabés?, no tengo más que esta mano.
Hay puentes que cuelgan solemnemente del vacío,
bien sujetos del predicado. No los mires, dame la mano.
Hay una ausencia ladrando su advertencia de cancerbero. No la mires, y dame la mano.
Que no te confundan las cicatrices que me han tallado las gitanas.
Soy el vacío concentrado en una mano. Y tengo frío.
Dame la mano. Dámela apenas porque es la única estrategia
para no disolverme y ser ojos y ser tiempo y ser eco de mí misma.
No me dejes ser yo
cuando me miro en el fondo de los espejos.
Nocturno con ruidos
Las ratas.
Son las ratas.
Las ratas y sus ojitos lastimosos.
Las ratas de dientes cansados.
Rascan la puerta, ratas.
Andan por los techos, tan ratas.
Hay sonido de patitas en las alacenas del hambre.
Ratas. Ratas por todas partes.
Ratas haciendo equilibrio en el borde de la copa que contiene todos los infiernos.
Ratas cubriendo la luz que queda.
Ratas trepándose al sol, que hiede a inmensa rata quemada y no brilla.
Yo, apenas insecto,
no tengo párpados que cerrar,
ínfima e infinita en una esquina
de una casa con ratas,
muchas, muchísimas ratas.
Están mirándome con sus ojos chiquitos,
con sus pupilitas rojas de rata.
Se comieron la claridad, y no puedo moverme.
La bruja
Suelta entre las nubes y el piso
leoneo desdentadamente entre dementes
tanteando los bordes de los rostros, buscando mis rasgos
por los estantes en que se venden los que juran no tener precio,
gata gris curiosa e inofensiva.
Rasguño estandartes rotosos escondidos en rincones
roñosos en donde raras veces alguien revisa,
ronroneo entre rituales en los que ya no recuerdo cómo
siempre al alcance de alguna mano
que se empeña en no pasarme por el lomo
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Etiquetas: borradores, esqueletos
domingo, 26 de octubre de 2008
Laberintos
Senhor genta,
mi tormenta
voss' amor em guisa tal,
que tormenta
que eu senta
outra non m' é ben nen mal,
mays la vossa m' é mortal!
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coita voss' amor!
Das que vejo
non desejo
outra senhor se vós non,
e desejo
tan sobejo
mataria hũu leom,
senhor do meu coraçon!
Leonoreta,
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coita voss' amor!
Mha ventura
en loucura
que meteu de vos amar.
É loucura
que me dura
que me non posso én quitar.
Ay fremusura sem par!
Leonoreta,
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coita voss' amor!
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Etiquetas: intertextualidad, mientras hago otra cosa
viernes, 24 de octubre de 2008
Sin flequillo
La demostración práctica de que había manera de hacer algo con este formato.
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Etiquetas: la puerta del fondo
lunes, 20 de octubre de 2008
Veinte mil leguas de viaje en el tiempo
También gasté Escuela de Robinsones, que fue la primera novela que leí sola, y que debo haber releído unas tres o cuatro veces (mucho para una nena) hasta el día en que el ovejero alemán que tenía por entonces afiló los dientitos de cachorro en el tomito de Biblioteca Billiken y no quedó mucho de él. Ese me da un poco de miedo retomarlo de adulta, me gusta demasiado en el recuerdo y sé que lo más probable es que me espere una decepción.
También habitaron mi estante y mis noches de infancia Un capitán de quince años, Dos años de vacaciones, Cinco semanas en globo (cuantos números en los títulos, recién en este catálogo de naves lo noto), y de la colección del de la foto El país de las Pieles, El testamento de un Extravagante y Los hijos del capitán Grant.
Volver a leer por primera vez una novela de Verne resulta, entonces, casi un regreso al pasado personal, al recuerdo agridulce de una experiencia estética que ya sólo puede ser el fantasma de sí misma. Puedo recordar mi regocijo ante las descripciones de barcos, paisajes y artefactos extraños, la curiosidad de una nena que tenía una afición especial por desarmar las radios y por poner cualquier cosa en el portaobjetos de su modesto microscopio. Pero esa puerta se cerró, y entonces las descripciones se hacen un tanto pesadas, artificiosas, pedantes, definitivamente lejos de lo que yo elegiría hoy para leer algo pasatista.
Hablando de eso, y en sintonía con el seminario de Vedda, en tren de completar mi colección vampírica de Anne Rice fui a buscar Pandora, comprado por internet. Es lo que pienso trabajar para la monografía cuando termine, una elaboración sobre interrogantes ya expresados anteriormente de manera muy rudimentaria en este blog acerca del curso que han ido tomando los monstruos en la ficción trivial.
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Etiquetas: en un banco con pupitre, la vieja se puso nostálgica
jueves, 16 de octubre de 2008
STP Undead II
"Che, Mariel, qué tranquilo que está el público. ¿Mandamos para adelante?"
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Etiquetas: vengo de ver, ya sé que tendría que estar haciendo otra cosa
Para sacar a pasear al humano
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Etiquetas: agenda, Encyclopaedia Portennica, la puerta del fondo
lunes, 13 de octubre de 2008
Spam
¿Quién puede confiar en una agencia de seguros spammer que, encima, se llama "Ocaso"?
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Etiquetas: pero qué es esto
viernes, 10 de octubre de 2008
Esto pasa cuando se supone que haga algo relativamente urgente
pero enormemente aburrido.
El resultado visualmente recuerda un poco a El Viaje de Chihiro (todavía más, por lo que vi, en otro juego de la misma gente que no sale hasta el año que viene), con un enorme grado de detalle puramente esteticista, pero que no intenta crear una realidad alterna, sino más bien la ilusión de lo artesanal, del dibujo a lápiz.
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Etiquetas: la puerta del fondo
viernes, 26 de septiembre de 2008
Releyendo para retomar
-Fragmento de La Manada con el que todavía, mucho tiempo después de haber garabateado su versión original en un cuaderno, sigo bastante contenta-
La caza de hadas es una tarea harto complicada: primero hay que concentrarse y visualizarlas, armar su pequeña constelación en las motas de polvo que bailotean en la luz solar que entra algunas tardes formando un prisma irregular entre la ventana y el piso. En casa nada más puede hacerse en el que ahora va a ser su cuarto, y únicamente en otoño, que es cuando la luz entra directa por la ventana que da al patio de los Rustre, porque cuando entra por el balcón del comedor o por las ventanas de Alba es demasiada, y a las hadas tampoco les gusta acercarse a los vitrales del pasillo, supongo que porque la luz de colores las debe apagar un poco. Ni hablar del patio: aún cuando abriésemos el toldo (que sólo Dios sabe lo que podría caer de ahí arriba), dudo mucho que las hadas puedan sentirse bien al aire libre.
Al principio es un poco difícil encontrarlas, dejar por un momento de ver la tierra, no distraerse con los trastos viejos o con los contoneos de Merlín que se aburre y trata de atrapar una laucha imaginaria. Una vez que se ve la forma (una punta de un pie, por ejemplo) van apareciendo muy rápido, con una nitidez sorprendente, hasta tomar color y volverse completamente corpóreas. Entonces llega la parte más difícil, porque si bien no se corren del sol son terriblemente rápidas, y pueden estar un buen rato burlándose con movimientos extraordinariamente violetas o verdes de uno, yendo de la ventana al piso o formando torbellinos de luz irisada, volando en espiral dentro de la pecera lumínica. Y además un hada no es una laucha, hay que tratarlas con cuidado porque las alas son frágiles, y con relativa facilidad, con la mejor de las intenciones, uno puede terminar rompiendo una pierna o un bracito delgado, cosa que absolutamente nadie tiene derecho de hacer.
María aprendió todo esto con notable rapidez, una tarde mientras esperaba a Bita que se había ido vaya uno a saber dónde. Yo la invité con bastante ceremonia, y ella se limitó a preguntarme cómo se hacía, con simpleza, demostrándome que después de todo no me había equivocado. A mí me había parecido verla un poco triste, y supuse que cazar un par de hadas podía llegar a ser de ayuda. Por lo menos a mí siempre me sirve. Y valió la pena, las hadas parecen aparecer más fácil con ella cerca. Debe ser que se les parece demasiado.
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Etiquetas: avances, cotidianas, procesos de escritura
Entrega: 31 de febrero
¿Por qué me costará tanto terminar de escribir todas aquellas cosas para las que no tengo fecha de entrega?
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Etiquetas: cotidianas, procesos de escritura
jueves, 25 de septiembre de 2008
Cómo me gustaría conseguir sacar fotos como esta
Se trata de un hotel abandonado en una ciudad fantasma norteamericana. Me recordó mi fantasía de entrar para sacar fotos a un par de edificios arruinados que conozco.
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Etiquetas: pero qué es esto
domingo, 21 de septiembre de 2008
estas cosas literarias que sólo sirven para acelerar el ciclo de la celulosa
Una mirada rápida a los libros en los que metí la nariz esta semana.
Entonces se le dijo: "sal fuera y permanece en el monte, esperando a Yavé; pues Yavé va a pasar."Vino primero un huracán tan violento que hendía los cerros y quebraba las rocas delante de Yavé. Pero Yavé no estaba en el huracán.Después hubo un terremoto, pero Yavé no estaba en el terremoto.Después brilló un rayo, pero Yavé no estaba en el rayo.Y después del rayo se sintió un murmullo de una suave brisa.Elías al oírlo se tapó la cara con su manto, salió de la cueva y se paró a su entrada.[1 R. 19, 11-13]
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Etiquetas: vengo de leer
domingo, 14 de septiembre de 2008
Merodeos de museo
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Etiquetas: jpg, la puerta del fondo, vagabundeos
viernes, 12 de septiembre de 2008
Eso también existió
Lo que no sabría decir es en qué momento la hice. Eso se me escapa, no tengo memoria exacta de haber embolsado todo esto. Ese gesto tengo que contarlo entre los huecos, las horas que vivimos de menos, las que no restamos del todo de la suma final de nuestros días nada más que porque dejan un resto, una certeza sin fundamentos ciertos y restos materiales que nos dicen que eso también existió.
Como el momento incierto en el que escribí mi nombre en la tapa de un cuaderno de secundario.
Como cuando hice esa tarea de italiano, como ese idioma que leo y escucho sin mayores problemas pero que soy completamente incapaz de hablar.
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Etiquetas: esqueletos
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Poca nitidez de las formas en la luz rara de la mañana
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Etiquetas: mientras hago otra cosa, pequeña colección de obviedades
domingo, 7 de septiembre de 2008
Acassuso
_
Primera obra de Spregelburd que tengo ocasión de experimentar. Nada mal.
Una señora perteneciente a esa vieja escuela, a la que puedo imaginar claramente leyendo "Unn vein-ticinco de mayo de mil ochocientos diez, bajo la tórrenciál liuvia...", obviamente docente en servicio, punteaba todo el tiempo a una amiga que tal vez haya lamentado no haber ido con su prima la estirada: "es así, es así tal cual"
Eso aparte, hay que decir que me sorprendió la capacidad de Spregelburd para la sorpresa (verbal, sobre todo, que significa una lucha contra el chiste fácil de la que, con un tema así, resulta difícil salir airoso), y para hacer que no resulte demasiado larga una obra de dos horas y pico con una trama perpetuamente mutante a partir de detalles, como las imágenes absurdas de un caleidoscopio que nunca termina de girar. Y la mayor parte de las actuaciones estuvieron muy a tono con el nivel general de la obra.
El efecto evidentemente buscado de ir logrando una representación cada vez más frenética, en la que la carcajada con la madre perdida se deshaga en risa histérica mientras los personajes se debaten en los límites de la legalidad funciona. Y el clímax con la escena violenta del final se logra. Tengo la idea de que alguien puede leer esto y ver la obra después, así que no seré spoiler, pero hay una fríamente calculada escenita ridícula preparada para quebrar la carcajada del espectador a medio camino. Había escuchado decir, y fue parte de lo comentado con Mariano (::ACTUALIZO:: posteamos ambos sobre lo mismo casi al mismo tiempo, por lo que veo) a la salida, que hay un desequilibrio entre la primera parte y la segunda, evidentemente menos graciosa. El día después, no puedo sino encontrar que a su manera esa misma incomodidad creciente forma también parte de la obra. Una parte que no necesariamente tiene que cerrarle al público, puede ser, pero funciona.
Del lado de los tomates, hay que decir que se nota demasiado que la profesora de gimnasia es una chica bien haciendo de chongo. No tiene suficiente oído como para saber que la ese no se deja de pronunciar siempre, que quienes no la pronuncian en final de frase sí hacen una aspirada en posición intervocálica, por ejemplo. Eso hacía ruido.
Y que pese a lo dicho sí, tal vez la economía de la obra podría haber mejorado con algunas omisiones. Los diálogos con la vendedora de ropa, por ejemplo, que merecía ser un personaje mucho menor de lo que era.
Dejo estas notas sueltas, migajas de experiencia, antes de volver a las toneladas y toneladas de trabajos por corregir. Ah, la docencia.
Verseó Lupe a la/s 12:24 p.m. 0 reacciones
Etiquetas: ejercicio de escritura más o menos automática, vengo de ver
sábado, 6 de septiembre de 2008
Tipos móviles
Hoy noté que el lema no está nada mal
**Welcome To The World of Free Plain Vanilla Electronic Texts**
**Etexts Readable By Both Humans and By Computers, Since 1971**
Ese salió de The Monk, de Lewis.
Ya que estamos, otras cosas decentes en esta estantería polvorienta, que todos saqueamos alguna vez:
- Si hay ganas de seguir con gótico, el impagable The Mysteries of Udolpho de doña Ann Radcliffe.
- Romans de Chrétien de Troyes. Sí, es más cómodo leerlos en castellano, o en una de esas bonitas ediciones a doble columna francés antiguo vs. moderno, pero si la idea es nada más entretenerse el fin de semana hay que tener en cuenta que esas opciones significan lidiar con la lista de precios de Siruela o la de Folio.
- The life and opinions of Tristram Shandy, Gentleman - Lawrence Sterne. Este es uno de los imprescindibles y, aunque buena, bonita y barata, la edición de Wordsworth suele faltar. La macana es que pierden un par de artificios gráficos imposibles de leer para both humans and computers.
- Petronio - Satyricon. ¿Necesita presentación? Ah, me parecía.
- Baudelaire - Les fleurs du mal. Ideal para leerlo en bilingüe con la edición castiza que haya en casa.
- ¿Qué mejor para una tarde de lluvia que uno de Jane Austen?
- Bueno, tal vez Wuthering Heights de E. Brontë.
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Etiquetas: la puerta del fondo, mientras hago otra cosa
Hilachas de posts para viernes a la noche
Riesgos raros de la banda ancha y el desvelo, como el de empezar a buscar un libro en el catálogo de Puán y terminar comprando otro, por asociación de ideas, a algún ignoto librero de palermo que publica en deremate.
Otra vez los gestos, esta vuelta un comentario de mis alumnos, que dicen que muevo mucho las manos cuando hablo.
También los gestos enternecedoramente inútiles con los que identificamos gente querida: una exasperación de brazos demasiado extendidos, una forma particularmente enérgica de mover la cabeza, la forma de tomar calor removiendo los brazos dentro de las mangas (ese con los años se me pegó), el gesto poco común de restregarse los ojos con las palmas en lugar de usar los dedos como casi todo el mundo, la mirada de rayo láser frente a todo extraño en el entorno, todas esas cosas que llaman la atención la primera vez que se las ve pero que después se naturalizan. Todo lo que nunca podríamos saber de otra forma más que por el contacto directo, eso que se perderá irremisiblemente cuando desaparezcamos los que podemos tener memoria directa de ello, porque todo el mundo se comporta menos naturalmente (es decir, más normal) frente a una cámara.
Alguna reivindicación necesaria de Helena Bonham Carter.
El fastidio frente a la redacción sosa, pretenciosa, con errores de escritura e irrelevante de algún profesor de nuestra alta casa de estudios de cuyo nombre prefiero no acordarme. Aunque me haga falta tragar un estudio suyo en una lista de bibliografía recomendada, por las dudas.
Su parentesco con las escrituras igualmente enervantes que siempre toca escuchar en mayor o menor proporción en los congresos.
Aunque en ese caso uno va dispuesto a perdonar más, una cosa es algo escrito con deadlines asesinas para una ocasión en la que a menudo se tiene poco que decir, y otra preparar una publicación.
Un poema que me resisto firmemente a escribir.
Verseó Lupe a la/s 2:43 a.m. 0 reacciones
Etiquetas: asociación libre, ya vendrán posts mejores
martes, 2 de septiembre de 2008
lunes, 1 de septiembre de 2008
Casa de los Lirios
Ya posteé una foto mía, casi igual de mal sacada, de este edificio alguna vez. El texto es una selección, con modificaciones menores, de algo más largo (y bastante más privado de lo que ya es) que escribí apenas para mí en abril de este año. Los sucesos narrados son de muchos años atrás.
Por una vez voy a permitirme ser un poco críptica, y postear este eco, este leit-motiv que tal vez sólo tenga sentido para mí. Pero cuánto sentido.
(EDIT: parece ser que los dueños de la foto se avivaron del afano y lo aprovecharon, ¿no?
La dejo porque tiene su extraña cuota, críptica también, de sentido la propaganda turística en este contexto)
Hace menos de una semana que me enteré de que el edificio de Rivadavia llegando a Rincón que desde hace unos ocho años me vuelve loca se llama Casa de los Lirios. Lo supe porque una foto mía muy mal sacada de ese edificio fue recientemente subida a Google Earth, y alguno que la vio comentó el dato. Se trata de un edificio estilo art deco, que se terminó en 1905. Planta baja con locales, tres pisos y la cabeza gigante de un viejo fantástico de cabellos muy largos que sirven de baranda en la terraza, y que coronan la estructura surcada de plantas de yeso y de metal hasta el hartazgo. Una verdadera belleza.
La primera vez que vi ese edificio estaba sola. Era la época en la que todavía consideraba con alguna seriedad dedicarme a la investigación en bioquímica (aunque ya dudaba, claro), y mi profesora de lengua de entonces me había mandado hacer un informe que incluía pasar por una dependencia del CONICET a hacer algunas preguntas. En plena búsqueda de dicho lugar, encarada con datos muy vagos y mal anotados, cruzando mucho de vereda a vereda, vi de golpe en la vereda de enfrente, como una aparición, levantarse ante mí la Casa de los Lirios. Me quedé completamente estupefacta, parada en el medio de la vereda, mirándola. No sabría decir cuánto tiempo estuve ahí, extática, deplorando mi falta de cámara fotográfica. Traté de memorizar la dirección antes de seguir con mi recorrido. Pero ya se sabe que de mi memoria no se puede esperar tanto. Apenas fijé que el edificio quedaba entre Congreso y Once, en alguna parte, y que era casi imposible verlo si se miraba para la planta baja.
Pasé infinidad de veces por la puerta buscándolo, sin volverlo a encontrar. Me llevó varios años verlo de nuevo. Fue el viejo melenudo el que me encontró a mí, me llamó, me dijo acá estoy, una noche en la que necesitaba un buen motivo para parar de llorar como una desaforada.
Aquella noche en la que, por última vez, M. me dijo que no, y yo me juré nunca volver a avanzar a un hombre. Habíamos salido del café Tortoni, él un tanto incómodo, yo completamente destruida, y ante la cuestión de cómo volver a mi casa (no consigo recordar por qué él no fue a la suya, aunque probablemente fuera para no dejarme sola en ese estado) decidimos caminar, al menos por un rato. En realidad, lo decidí yo, que necesitaba algo de aire para calmarme.
Cuando llegamos a la puerta del edificio en cuestión, algo en las hojas retorcidas de la puerta de calle me susurró al oído: heme aquí, todavía estoy si querés verme. Tomé a M., que no entendía nada, de la mano y lo hice cruzar Rivadavia por el medio, para quedarme mirando por segunda vez al viejo mezclar sus cabellos con el aire de otro tiempo agotado hace mucho.
Por mucho, mucho tiempo
El viejo de yeso sigue silbando su tonada inaudible desde arriba de
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Etiquetas: Encyclopaedia Portennica, lado izquierdo de la cama, ya sé que tendría que estar haciendo otra cosa